El estatuto contra el partido

Roberto Castro Chaves

Roberto Castro Ch.

Parece una afirmación ilógica pero es una verdad absoluta, y seguidamente pasaremos a demostrarlo. El Estatuto establece el nombramiento “nominal” de las autoridades del Partido y de los candidatos a elección popular. Este señalamiento implica que esta nominación la realiza la mayoría que está conformando la respectiva asamblea, pues al hacer la votación nombre por nombre, los candidatos que proponga la mayoría son los ganadores.

Qué implicaciones tiene este hecho, múltiples pero sólo analizaremos los más evidentes:

1.- Las autoridades del Partido en su totalidad son de entera confianza del o los líderes o mandantes del grupo, de tal manera que la línea de pensamiento y acción es única lo que induce a que el Partido a actuar en forma contraria al mandato Constitucional. No existe pluralidad política y entonces la línea ideológica de pensamiento y acción es contraria al pensamiento de las minorías. Los nombramientos están exclusivamente destinados al grupo mayoritario. Se violan principios democráticos como el derecho de ser “elegido”, el principio de igualdad, la representación de las minorías, pero lo más perjudicial desde el punto de vista del Partido, es que tanto a nivel cantonal, provincial como nacional, las minorías no tienen derecho a participar pues las mayorías disponen de las condiciones para marginarlos. En la práctica política las minorías tienen escasas opciones de continuar figurando, razón por lo cual o participan con otras agrupaciones políticas o sufren del ostracismo político a que los somete el Partido. Este fenómeno nos induce a dos consecuencias; primero la decapitación de potenciales líderes que se da en todos los niveles, razón por la cual el Partido no tiene líderes nuevos, y segundo que los grupos minoritarios emigran del Partido. Como se puede observar ambos efectos son altamente nocivos y de efectos observables.

2.- La escogencia del candidato a la presidencia se hace mediante una Convención abierta, lo que permite con la utilización del Padrón Nacional, que participen todos los ciudadanos lo que contradice el Código Electoral, que señala en su artículo 67-a.-“Una asamblea distrital en cada distrito administrativo, formada por los electores de cada distrito afiliados al Partido.” Como este segundo requerimiento no está registrado en el Partido, entonces piden a los electores que procedan a firmar una adhesión, que nunca es tramitada y que después de cierto tiempo son eliminadas. Lo que está aprobado en documentos oficiales del Partido es que la convención se realice con base al “Padrón Verde” de tal manera que los participantes sean “afiliados al partido” y así evitar que electores ajenos al Partido intervengan en la elección de nuestros candidatos. La Convención es un proceso democrático, lo que carece de principios democráticos, es que se le otorgue al candidato electo potestades para proponer y escoger los vicepresidentes, que también deben ser escogidos en la convención y que además deben representar a los grupos minoritarios que participan en el proceso convencional, si es que deseamos ponernos a tono con la Constitución y los intereses de Partido. También nos alejamos de los principios democráticos y constitucionales cuando dejamos en manos del candidato los nombramientos de los candidatos a diputados y los nombramientos de los representantes de los cantones no representados, que deben hacerse con procedimientos democráticos o sea con participación de los liberacionistas.

Si deseamos recuperar al Partido debemos ofrecerle a los electores el cumplimiento de todos los principios y valores democráticos, que no sólo están establecidos en la Constitución, el Código Electoral y en los documentos oficiales del Partido, que sí son concordantes con los deseos liberacionistas, no más líneas en las asambleas, no más mesas gallegas, recuperemos la elección por cociente y subcociente devolvamos la igualdad liberacionista, eliminando el cobro de sumas de dinero para poder participar en los puestos de autoridades del Partido y las candidaturas de elección popular.

Tomamos decisiones o perdemos el Partido más glorioso y progresista de Costa Rica.

Abrazo cordial

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4 comentarios en «El estatuto contra el partido»

  1. Fernando Berrocal Autor

    De acuerdo con tus dos puntos Roberto.

    La lucha para modificar esos extremos es de muchos años, pero siempre al final es boicoteada no solo por los factores reales de poder, sino por los aparachiks del PLN que son muchos y tienen poder.

    Me alegra que sigas en la pelea sin tirar la toalla, como me alegran los Conversatorios Liberacionistas de Chico Morales y los esfuerzos
    e ideas de otros compañeros que se resisten a perder para siempre al PLN.

    Ojalá ganen esa pelea y no los grandes y pequeños intereses, a todos los niveles, desde la cúpula hasta los cantones y distritos, que tienen al PLN en donde lo tienen: en el más profundo de los huecos, casi sin alma y desvinculado del pueblo.

    Saludos y todo mi aprecio

  2. Luis Bernal Montes de Oca Autor

    Coincido plenamente con lo expresado por vos, hay que hacer los esfuerzos para rescatar el Partido, volviendo a nuestras raíces y en especial expulsando a los mercaderes del templo, un abrazo compañero.

  3. José Manuel Peña Namoyure Autor

    Mi abuelita me enseñó que es mejor pecar de tonto y no
    de vivo.

    En la práctica ¿cómo se forma, integra o compone el
    Padrón Verde? y ¿qué significa en la práctica también
    la figura de «afiliado al Partido»?

    ¿Se cumplen a cabalidad y con creces esas dos
    acciones partidarias?

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