El Ministerio de Justicia abandona sus obligaciones

Roberto Castro Ch.

Roberto Castro Chaves

A raíz de las decisiones tomadas por el Ministerio de Justicia y las justificaciones que se están dando para ello, da mucha pena por cuanto los funcionarios desconocen las funciones y responsabilidades del organismo para con la sociedad y le están trasladando un problema directamente a la sociedad con consecuencias que esperamos no sean funestas.

El Ministerio en cuestión tiene la responsabilidad legal no sólo de encerrar en lugares de reclusión a los habitantes que no son aptos para convivir en sociedad y que cometen delitos penables por la ley y que por consiguiente, rompen o distorsionan la paz y tranquilidad de los ciudadanos de bien vivir. Pero además deben crear y desarrollar programas de adaptación social que permita a los reclusos que ingresan a los centros penitenciarios, todo un proceso de rehabilitación que una vez concluida la pena por la cual ingresó, pueda regresar al ambiente social a desempeñar funciones que sean congruentes con la normativa social.

Justicia no ha podido concluir un modelo penitenciario que permita dar un trato humano a los reclusos, por lo que están con una población penitenciaria muy superior a la capacidad establecida en sus plantas físicas, razón por la que la convivencia penitenciaria trasciende cualquier límite de derechos humanos establecido, para convertir a los reclusos en desechos humanos.
Ninguno de los dos elementos fundamentales como objetivos institucionales ha cumplido, y ahora estas decisiones lo que hacen es revertir el proceso de rehabilitación y poner en circulación una cantidad de reclusos que agravan la problemática social. No se han construido centros que permitan la readaptación de los reclusos, y los regresan al medio de donde provienen y donde produjeron daños connotados a la sociedad, para vuelvan a ocasionar perjuicios y de vuelta con más irresponsabilidad pues el castigo se troca en gratificación.

Las autoridades policiales con grandes esfuerzos logran llevar al poder judicial a los delincuentes, este los procesa y después de grandes gastos incurridos entre la labor policial y judicial, son consignados como delincuentes, el Ministerio de justicia, pero este los regresa a la sociedad peor de como ingresaron, esto es inconcebible que por la incapacidad de los funcionarios de un ministerio para cumplir sus objetivos, le transfiere el problema nuevamente al pueblo, nos preguntamos cuales serán los efectos de esa pírrica decisión, que la población tome la justicia por sus propias manos y entonces estaremos diciendo “quien mató al Comendador? Fuente Ovejuna señor…”

Abrazo cordial

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