Roberto Castro Ch.
El esfuerzo es mínimo y los beneficios son múltiples, el elector sólo tiene que ejercer su soberanía y decidir; qué quiere cambiar o qué desea mejorar y por la vía del voto, la mayoría elige y consigue sus objetivos. Decir no voy a votar, es equivalente a asegurar, que no me interesa el bienestar de mi persona ni de mi familia. No sería justificable dejar de votar si la situación económica, política y social fueran insuperables, pero aun así votaríamos para evitar un cambio negativo, que nos pudiera afectar. Pero como no es así, debemos votar para mejorar nuestro sistema de vida en sociedad. Mantengamos la paz y la tranquilidad de nuestra nación, votemos.
Pero por qué el voto democrático es el mayor símbolo de la democracia, simple, la soberanía reside en mí como parte del pueblo, y mi voto representa no sólo la creencia en el sistema democrático, sino mi potestad de cambiar los gobernantes por otros que le brinden mejores condiciones de vida a mi persona, mi familia y como un todo a la sociedad.
Cómo escogemos a los mejores candidatos; primordialmente, que crean en la democracia y como tal, que ejerzan la tolerancia y el respeto a los demás, que presenten planes y programas de trabajo que, siendo realizables, favorezcan a la sociedad y beneficien prioritariamente a los menos favorecidos. Que la honestidad de los futuros servidores sea irreprochable. Esas condiciones las encontramos en nuestra gente y nuestro Partido.
Los miembros y dirigentes del Partido Liberación Nacional de los años de 1940-50, fueron los que promovieron la transformación social y política de Costa Rica, condición que hoy sus descendientes estamos disfrutando, luchemos por que las generaciones venideras disfruten estas virtudes y privilegios, que además puedan asegurar mejores condiciones de vida personal y socialmente.
CON LIBERACIÓN SIEMPRE SE VIVE MEJOR.
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