Volver a LIberación: Oduber (III)

Volver a Liberación

Por varios

El Lic. Daniel Oduber, más que un político un verdadero estadísta, valoraba la política monetaria como parte de un proceso integral de la política económica y social».

I. INTRODUCCION

Continuamos, en estos cuadernos titulados «Volver a Liberación», publicando artículos de nuestros compañeros.

Hoy lo hacemos comentando, en un escrito del Lic. Bernal Jiménez, la política monetaria y crediticia durante la Administración Oduber. Incluímos también un escrito del Lic. Antonio Carvajal sobre la labor del I.N.S. en ese período tan prolífero como fue la Presidencia del Lic. Daniel Oduber.

Rufino Gil Pacheco

II. LA POLITICA MONETARIA Y CREDITICA DURANTE LA ADMINISTRACION ODUBER

Lic. Bernal Jiménez Monge
Ex-Presidente del Banco Central.

1. Las Decisiones en la Política Económica del Gobierno de Oduber.

El Lic. Daniel Oduber, más que un político un verdadero estadista, valoraba la política monetaria como parte de un concepto integral de la política económica y social.

Efectivamente, en su Gobierno entendió la función principal del Banco Central, el mantenimiento de la estabilidad monetaria, no solo como una necesidad del desarrollo, sino como un elemento esencial a la justicia social. Pocos políticos de esa época comprendían con la claridad del Expresidente, la necesidad de evitar la inflación, que tan injustamente cercena los ingresos y la capacidad de compra de los asalariados y de los grupos de más bajo nivel económico. Fue esta una fuerte razón para que él le brindara su apoyo a la política de estabilidad monetaria que el Banco Central ejecutó.

La labor coordinada del Poder Ejecutivo con el Banco Central, permitió, durante el período 1974-1978 alcanzar las metas previstas en la política económica: mantener la estabilidad del tipo de cambio ($8.60 por dólar), reducir la inflación de un 40% en 1974 a 9% en 1976 y 1977, aumentar las reservas monetarias de casi cero a 235 millones, y quizás lo más importante, estimular la producción nacional que creció en un 4.1% durante 1976 y en 6.0% para 1977.

La acción gubernamental del Lic. Oduber tuvo una concepción unitaria. La labor cumplida por el Banco Central en esa época no hubiese logrado su claro cometido sin el trabajo coordinado con el Gobierno. Aunque puede concebirse diversos sistemas de coordinación de la política económica, ninguno es sustitutivo del buen entendimiento entre los funcionarios responsables de dirigir los diversos aspectos de esa política.

De carácter ejecutivo, casi ansioso por realizar lo que se proponía en bien del país, el Expresidente Oduber demandaba con frecuencia los resultados de la acción de Ministerios y Entidades Autónomas que aplicaban la política económica. En regulares reuniones coordinaba al equipo económico para lograr los comunes objetivos, e imprimía con su temperamento, entusiasmo y mística de servicio público; «sprit du corp» para un trabajo conjunto.

Conocedor de la institucionalidad jurídica y de la doctrina que informa la autonomía de los Bancos Centrales, supo guardar el equilibrio entre la necesaria coordinación de la política fiscal, de desarrollo-agrícola e industrial, de precios y de comercio internacional asignado al Ejecutivo, y la política monetaria y de crédito, responsabilidad del Banco Central como ente autónomo. Hubo siempre de parte del Presidente gran respeto hacia las decisiones del Banco Central, fueran estas cambiarias o crediticias, pues entendía su fundamento técnico y no de momentánea conveniencia política. Como es humano, en determinadas circunstancias no dejaron de presentarse puntos de vista diferentes entre Banco Central y algún Ministerio; siempre éstas fueron dirimidos con criterio coordinador y juicio de interés público que el Expresidente imprimió a su Gobierno.

En ese ambiente institucional, bajo una difícil situación económica al inicio del período, el Banco Central tomó una serie de medidas en la esfera de su responsabilidad y alcanzó resultados que a continuación se comentan de manera sucinta.

2. Situación de la Economía Costarricense y Crisis del Petróleo.

La economía costarricense atravesaba una crisis en 1974, tanto en sus sectores productivos cuanto en lo financiero, originada principalmente en factores externos, como también por algunas circunstancias internas.

El sector agropecuario afrontaba problemas climáticos adversos y un extraordinario aumento en los insumos importados; la misma causa de ello, el inusitado aumento de los hidrocarburos, provocó no solo incremento en las materias primas industriales sino una escasez de las mismas.

La reunificación cambiaria de abril de 1974, significó un crecimiento del 30% en el costo de los artículos importados.

La severa crisis mundial que se manifestó en el novedoso fenómeno recesión-inflación simultáneamente, hizo sentir rápidamente nuestra tradicional debilidad y dependencia económica, al registrarse un incremento mensual del 3% en el índice de precios, así como un significativo deterioro en la balanza de pagos. El nivel de las reservas monetarias al terminar 1974, fue de solo 38.2 millones de dólares, cuando las importaciones alcanzaban 721 millones anuales.

3. Las Medidas del Banco Central.

La autorización a los Bancos Comerciales para recibir depósitos en dólares, el aumento de tasas pasivas para adecuarlas a las internacionales y provocar así la afluencia de recursos externos, fueron medidas tomadas con la mayor brevedad, como respuesta del difícil panorama económico al final de 1974. Afortunadamente las medidas fiscales de ese año provocaron un aumento del 40% en los ingresos, contra solo uno del 20% en el lado de los gastos, permitiendo reducir el déficit del Gobierno a la mitad, y financiarlo sin recurrir al Banco Central. Ello hizo posible entonces, que sin peligro de acelerar la inflación, para 1975 se aplicara una política crediticia más amplia, orientada a las actividades de mayor trascendencia para el desarrollo económico. Se dispuso entonces una mejor selectividad en el crédito bancario, así como la aplicación de tasas de interés más bajas para los sectores de mayor aporte al producto nacional. Se autorizó, a los bancos comerciales la contratación de créditos y de avales exteriores destinados exclusivamente a la importación de maquinaria, bienes y equipo para agricultura e industria; se brindó amplio apoyo a los programas de crédito a la artesanía y en general a la pequeña empresa familiar.

Para los años siguientes del Gobierno Oduber, superada la exagerada inflación de 1974 e iniciada la recuperación de la economía, la política monetaria sostuvo la expansión de la liquidez a un ritmo compatible con el aumento real de la producción.

Se estimularon las exportaciones al eliminar los topes de cartera para los productos no tradicionales, al permitir a los bancos comerciales su financiamiento en dólares y al disponer tasas preferenciales de interés para esa actividad exportadora.

Asimismo, dentro de esa política exportadora se redujeron los derechos de exportación y se promovió la creación de los «certificados de incremento a las exportaciones». Se autorizó a los Bancos Comerciales a la apertura de Sucursales en Centroamérica y otros países, destinadas a facilitar nuestro comercio exterior y con visión de futuro, se creó en el Banco Central un fondo de fomento a las exportaciones y al turismo, que a través de los Bancos Comerciales financió exportaciones no tradicionales y construcción de facilidades hoteleras.

En las medidas puramente monetarias, para mantener la estabilidad lograda a partir de 1975 se utilizaron los instrumentos tradicionales de banca central: aumentos de encaje legal, colocación de bonos de estabilización, reducción del crédito directo del Banco Central a los comerciales; todo lo cual mantuvo la liquidez de la economía en un nivel de freno a la inflación.

4. Resultado de las Medidas.

La producción real de bienes y servicios logró su recuperación; ya en 1976 el producto nacional creció al 4.1% y a más de 6.1% para 1977. Esa expansión, productiva se reflejó más en industrial agricultura y exportaciones.

Para citar solo un dato, en agricultura de consumo interno, la producción de grano creció de 127 mil toneladas métricas a 323 mil y debió exportarse un millón de quintales de excedentes de arroz.

Por su parte, las políticas monetaria y crediticia implantadas, así como las de fomento directo a la producción, tuvieron efectos significativos en el costo de vida, y se vieron favorecidas con la acción emprendida por el Gobierno. El índice de precios al por mayor que en 1974 creció casi un 40%, bajó a 21.6%, a sólo 9% en 1976, y para 1977 fue alrededor de 9%.

Como resultado directo de las políticas agresivas adoptadas en el fortalecimiento de las exportaciones y el turismo, la fuerte entrada de capitales estimulada por la política de tasas de interés y por la confianza de los inversionistas en Costa Rica, permitieron reversar completamente la situación de balanza de pagos que el país tenía al principio de la administración. Para 1977 se logró un superávit global en la balanza de pagos de 112.0 millones de dólares, con lo cual el saldo de las reservas monetarias internacionales alcanzó alrededor de 235 millones de dólares.

Para superar los serios problemas económicos con que se inició el Gobierno en 1974, fue necesario que el Banco Central de Costa Rica siguiera un rumbo que en muchos aspectos se salió de lo tradicional, y más bien revistió un carácter creativo e innovador. Sin apartarse de los postulados clásicos de regulación monetaria y sin menoscabar el espíritu de su Ley Orgánica, se abandonó el papel pasivo de programación crediticia y se dedicó a impulsar el fomento de la producción, las exportaciones y el turismo, dentro de un contexto de estabilidad interna y externa. Además, se aprovechó la circunstancia de un mercado internacional abundante en recursos financieros, así como su confianza en el país para atraer capitales y créditos en términos muy favorables, que fueron destinados por el sector privado a aumentar su capacidad productiva,

En mayo de 1978, el Presidente saliente Daniel Oduber, entregó el Gobierno cuando el país reflejaba una salud económica manifiesta en el bajo nivel de inflación (9%), el alto crecimiento del producto nacional (6%), el fortalecimiento de las reservas monetarias internacionales (más de 300 millones de dólares) y de las exportaciones. Pero sobre todo, esa salud económica fue evidente por el claro mejoramiento del nivel y calidad de vida del costarricense, principalmente en los sectores más desposeídos, que fueron los más beneficiados por los amplios programas sociales que permitió el mejoramiento de la economía y las finanzas experimentados entre 1974 y 1978.

III. LA LABOR DEL INS EN LA ADMINSTRACION ODUBER QUIROS

Lic. Antonio Carvajal Villareal
Ex-Gerente General del Institufo Nacional de Seguros.

El 30 de octubre de 1974, el Instituto Nacional de Seguros celebró sus primeros 50 anos de existencia y, para conmemorar ese aniversario, inauguró oficialmente el edificio que hoy ocupan sus oficinas centrales. En esa ocasión, el señor Presidente de la República dirigió a los asistentes un hermoso discurso, en el que exaltó los grandes beneficios que había traído a los costarricenses la existencia del monopolio estatal de seguros y el órgano administrador del mismo.

Este reconocimiento al papel esencial que venía desempeñando el INS en la vida del país, desde que don Ricardo Jiménez decretara su creación en 1924, fue la base del apoyo irrestricto que la Administración Oduber Quirós brindó a la labor del Instituto Nacional de Seguros. Gracias a ello, el período 1974-1978 fue una etapa de gran avance y progreso para la institución, que logró llevar adelante una serie de proyectos de bien social y de expansión de los beneficios del aseguramiento a sectores mayoritarios de la sociedad.

En el ámbito institucional, entre muchas otras áreas atendidas durante ese período, cabe destacar el desarrollo de agresivos programas de capacitación para los funcionarios del INS, una labor que entonces no era común en los organismos estatales. El Instituto ofreció apoyo económico para que su personal emprendiera programas de estudios de nivel medio y universitario, en especialidades acordes con la naturaleza de sus funciones.

Una orientación claramente definida en el Plan Nacional de Desarrollo vigente en aquel momento, así como en los lineamientos generales que sustentaron la gestión presidencial de don Daniel Oduber, señalaba la obligación de dirigir el esfuerzo institucional hacia la identificación y satisfacción de las cambiantes necesidades de los ciudadanos en materia de seguros. Es por esta razón que, en ese período, se otorgó gran prioridad a la tarea de agilizar y ampliar la cobertura de los servicios del INS, creando y poniendo a disposición de los costarricenses una gran variedad de opciones de aseguramiento.

Este esfuerzo generó muchas iniciativas, entre las que cabe destacar el proyecto de popularizar el seguro contra incendio para casas de habitación, como resultado de un manifiesto interés del Gobierno de la República por que se facilitara el acceso de los grupos de menores recursos a una adecuada protección de sus bienes.

Congruente con este objetivo, en 1977 el Instituto puso en operación el seguro de incendio para el hogar, que otorgaba tarifas preferenciales y facilidades para proteger las viviendas de los costarricenses. A criterio del Presidente Oduber, este debía ser un primer paso hacia el establecimiento de un régimen universal de seguro contra incendio para casas de habitación, que garantizara una adecuada protección de las viviendas que, en muchos casos, constituyen el único patrimonio de las familias costarricenses.

Por otra parte, la Administración Oduber puso mucho interés en continuar la política de facilitar fondos para vivienda por medio de las pólizas de vida, establecida por el INS muchos años antes. En 1977 se logró formalizar con el INVU un convenio para el financiamiento de 100 viviendas de bajo costo, que fueron adjudicadas a asegurados de escasos recursos económicos.

También en el sector agrícola se logró una efectiva atención de las necesidades de los usuarios, aún en presencia de circunstancias en extremo adversas para la Institución. En 1976 se produjo una fuerte sequía en la provincia de Guanacaste y los agricultores, en su mayoría arroceros, sufrieron grandes pérdidas. En consecuencia, los reclamos presentados al INS por el seguro de cosechas alcanzaron montos sumamente elevados, que pusieron a prueba la solidez financiera del régimen. En esta oportunidad la acción del Poder Ejecutivo, por medio del Banco Central y los bancos comerciales del Estado, en estrecha coordinación con la Asamblea Legislativa, fue determinante para la solución de este delicado problema. El régimen de seguro de cosechas pudo hacer frente a la situación y -más importante aún- se evitó la paralización de las actividades agrícolas afectadas por ese fenómeno.

Complementariamente, y con el pleno respaldo del Presidente de la República, el Instituto promovió la aprobación, de la Ley No. 6186, que autorizó la emisión de 200 millones de colones en bonos del Seguro Integral de Cosechas. De esta forma se logró fortalecer ese seguro y, por ende, multiplicar el número de agricultores costarricenses amparados por el régimen.

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