Un orgullo para CEDAL
Luis Fernando Díaz
diaz.luisfernando@gmail.com
Manuel fue, hasta hace un par de años, el Director General –casi vitalicio– del Centro de Estudios Democráticos de América Latina (CEDAL), cargo que por años, a veces con algunos cambios de nombre, ejerció en La Catalina y en la antigua así como la nueva casa de CEDAL en La Paulina. Manuel ha sido, junto a Don Luis Alberto Monge y Carlos Rivera Bianchini uno de los principales gestores del proceso de la modernización de CEDAL y de su integración plena en la Era de la Información. Actualmente, es miembro de su Junta Directiva, misma en la que me corresponde el cargo de vicepresidente.
En los años sesenta, cuando yo era Presidente de la Juventud Liberacionista de Moravia, nuestro enlace con la organización nacional de la Juventud era el Coordinador de la Juventud del Área Metropolitana, nuestro amigo Manuel, con quien desarrollamos desde entonces una relación de amistad inquebrantable, caracterizada siempre por el respeto mutuo y una profunda lealtad.
En momentos de optimismo en la organización, cuando nos involucrábamos en numerosos proyectos de investigación y programas de capacitación, Manuel siempre nos convocaba para darnos la oportunidad de participar y de realizar nuestras aspiraciones y ejercer nuestra vocación en el clima intelectual rico y solidario propio de las escuelas socialdemócratas.
Veinte años atrás, cuando fui objeto de una brutal difamación producida por un mediocre funcionario y víctima del desamparo y la deslealtad por parte de diversos miembros del Partido y del Gobierno, Manuel, quien era entonces un diplomático en funciones, no dudó un momento, junto con Luis Bernal Montes de Oca, Edgar Ugalde, Gerardo Rojas y otros pocos verdaderos caballeros, en tenderme la mano y demostrarme la más absoluta confianza y su fe y credibilidad en mi honestidad y la de mi familia.
Los lazos siempre fueron fortaleciéndose y hace unos doce años se nos dio la oportunidad de participar juntos en la fundación del Grupo La Isla, Foro del PLN cuya sede está en CEDAL, junto al más selecto grupo de intelectuales y activistas políticos que podíamos entonces imaginar. Por el grupo han desfilado y han aportado personas que pueden enorgullecerse de su contribución a la formación del pensamiento político de hoy y la gestión de ese en diversas instancias nacionales y del Partido.
El Grupo La Isla tiene en este momento el mandato del Presidente Figueres de actualizar nuestro proyecto de Código de Ética para someterlo, pronto, al Congreso Nacional y a la Asamblea Plenaria del Partido. Estos esfuerzos han sido coordinados, en distintas instancias, por Manuel Carballo, Jorge Urbina y el suscrito.
Yo recuerdo y admiro a Manuel en los orígenes del Instituto Rodrigo Facio en los ochenta; a Manuel gestor de la legislación que instaura y protege el Derecho de Respuesta; al Manuel de 1968, gestor (junto a Ángel Edmundo, Guillermo Sandoval, Luis París, Valitutti, Gerardo Rojas y otros que ahora la memoria no recupera) de la Carta y el Congreso Ideológico de la Juventud, y, de la misma forma, su preocupación de entonces por la existencia y vigencia de un Tribunal Disciplinario. A Manuel colega Viceministro en el Gobierno Monge, funcionario, diplomático, diputado; honesto, recto, cabal pero, sobre todo, bueno, incapaz de hacer daño a nadie, justo, desprendido, amigo leal.
Ese Manuel es el más calificado merecedor excepcional de una designación tan alta en el más importante de los órganos del Partido en el momento de la mayor crisis de su historia, la crisis de la ética, precisamente.
Para La Isla y sus miembros, compañeros de Manuel en ella, es un orgullo y una responsabilidad su designación en el Tribunal de Ética. Nuestra voluntad y nuestro compromiso es apoyarlo, contribuir con todo lo que esté a nuestro alcance para hacer un éxito de su gestión
Sigue felicitar a la Asamblea Plenaria y al Presidente Figueres por esta sabia designación.
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