Yo también voy con él

Yo también voy con él

Entrego este humilde mensaje al pueblo liberacionista en memoria del compañero DANIEL ODUBER QUIROS.

Un azar del destino me brindó la honrosa oportunidad de encontrarme con él por última vez en San Ramón, con motivo del Cuadragésimo Aniversario del PLN.

Daniel era digno de respetar, de admirar y de emular en sus virtudes.

Conversar con él, escuchar sus brillantes exposiciones y compartir sus elocuentes discursos de plaza pública, era simplemente edificante.

Aquí, en este hermoso y apacible valle de Tayutic, Turrialba, en la casa liberacionista escribí este ensayo «Yo también voy con él», organizado en diez segmentos, en memoria de quien fuera el político más representativo en la última mitad del siglo XX.

Gerardo Sánchez Villalta.
Tayutic, Turrialba
Sábado 19 de octubre, 1991

I

El partido entre Saprissa y Puntarenas entraba al climax. La consigna PODER Y ORGULLO agitaba banderas y exaltaba el ánimo de los fanáticos: era la fiesta del pueblo. Pero aquel 13 de octubre, al término del primer tiempo, la ilusión se truncó en tragedia nacional.

II

-¡Papá…. papá…! Murió don Daniel -gritó exaltada mi hija Roxana.

-¿Cómo, que don Daniel? ¿Cuál Daniel? repliqué, al tiempo que interrumpía un ensayo sobre educación al que dedico fines de semana.

-Don Daniel Oduber murió hoy en la madrugada, dice Mario Segura. Canal 7 va a confirmar la noticia.

-¡Dios mío!, ¿Cómo es posible, si apenas ayer compartíamos en San Ramón? -exclamé con tímida voz.

La sangre me golpeaba las sienes. Apenas murmuraba en silencio: ¿Por qué ahora, que la Patria y el Partido reclaman con urgencia tu gran sabiduría, tu fuerza de gigante y tu indiscutible liderazgo?

III

-Roxana y Maria Isabel, vengan por favor. Debo cumplir mi deber: algún día comprenderán de que estoy hablando. Cuiden la casa y pórtense bien. Voy para el Balcón Verde, regreso en la noche.

-No se preocupe pa…; vaya tranquilo y nos cuenta. ¿Verdad que usted estuvo con el ayer?

Si hija, ayer lo sentí tan cerca que me intrigó. Hablamos por casi media hora del Congreso ideológico «José Figueres»; de una posible reunión en Turrialba y de otros asuntos.

-La conversación fue tan amena, que Carlos Borbón, de La Nación, nos tomó una foto a los dos y otra con doña Karen.

Invoqué en silencio los hechos del sábado 12 de octubre en San Ramón, en la celebración del Cuadragésimo Aniversario de Liberación Nacional… ¿Por qué don Daniel estaba tan inquieto? Que extraño: se levantó en dos oportunidades de la mesa principal, para conversar primero con Ricardo Sancho y luego con Angel Edmundo.

De pronto, ante el inesperado discurso de Arias, Daniel se irguió majestuoso y con paso firme, soberbio, se alejó del gimnasio.

Eran pasos de un gladiador, que en vez de ir a la lucha, se dirigía agotado hacia el sueño profundo…, hacia la eternidad.

-Bueno hijas, ya saben…

Seguí pensando…

La muerte de don Daniel no será en vano. Las aguas se agitarán. Tirios y troyanos reclamarán para sí la gloria que tu forjaste y que en silencio te llevaste.

Es el momento de desagraviar tu honra y ajustar cuentas.

IV

Venerable Maestro es en realidad el Honoris Causa que otorgamos, quienes en cuarenta años de vida de Liberación Nacional, hemos recibido la savia de tu mensaje. Dos generaciones de dirigencia han sido tus discípulos: la de Chico Morales, Rolando, Carlos Manuel, Villanueva, Carballo Quintana, Federico Matilde, Niní y Carmen, durante los cincuentas y sesentas. A partir del setenta y ochenta, la sangre nueva del Partido.

V

Permíteme, Daniel, narrarte en breve lo acontecido el domingo, cuando tu alma surcó los cielos muy temprano, en busca de la inmortalidad.

Verás…

La televisión y la radio vacilaban respecto a la prioridad de la noticia; el partido o tu deceso. Ambas tenían públicos diferentes: por un lado, los fanáticos que deliraban entre el poder y el orgullo; por otro, los acongojados por la trágica noticia.

Las manecillas del reloj se juntaban como las palmas del buen cristiano en oración, cuando en el receso del partido, Segura brindó mayor información del lamentable suceso.

VI

Antes de irme al Balcón Verde, llamé por teléfono para confirmar la situación:

Chico Morales: «Se nos fueron cuarenta años de vida en Liberación Nacional».
Hugo Morgan: «Te vas a dar cuenta de la repercusión en el Partido y en el país…»
Jaime Ortíz: «Ya Rose Marie Karpinshy está coordinando para que los miembros de la Secretaría de Planes y Programas estemos en Jardines del Recuerdo en la noche».

Al ser las dos de la tarde, me encontraba en el Parque Central para tomar el microbús de La Sabana.

Truenos, rayería, y un fuerte aguacero cundían la ciudad.

Aún así, los hinchas saprissistas empezaban su marcha triunfal hacia la capital; Puntarenas cayó de rodillas en el Ricardo Saprissa.

Sabes, Daniel, hay una extraña coincidencia… también don Pepe casi despierta de su justo sueño en el Museo Nacional, cuando Costa Rica venció a Escocia 1 por 0, en el primer partido del Campeonato Mundial. Ese día, 11 de junio, las avenidas central y segunda se convirtieron en escenario de fiesta popular, algarabía.

El Presidente Calderón quería lanzarse a la calle a festejar con el pueblo tan merecido triunfo, más la prudencia le aconsejaba evitar malos entendidos.

Habían transcurrido casi dos horas; el bendito microbús no pasaba. ¡Que mal está el servicio urbano! de TRAMSMESA, apenas queda el recuerdo.

Doblé hacia la avenida segunda para tomar un taxi.

-¿Para dónde va, señor?

-A Sabana, al Balcón Verde

-Bueno, móntese, ya iba a guardar el carro, pero seguro usted va al asunto de don Daniel, con gusto lo llevo.

-¿Usted conoció a don Daniel?

-Claro, me ayudó mucho, bueno, a todos los taxistas. Daniel fue un gran presidente, y sigo siendo liberacionista, aunque don Oscar nos trató muy mal.

Había mucho movimiento. La juventud estaba congregada en el salón principal, donde el dirigente Memo Sandoval analizaba su obra y trayectoria política.

Conversé con el Secretario General, quien recordó lo que tu le dijiste en San Ramón:

Sabes Walter, los desmanes del Gobierno son tales, que no puedo callar, tengo que levantar la bandera de lucha otra vez.

Aconsejé al compañero Coto que estuviera alerta a los embates de la Prensa, pues ahora las palomas iban a disparar contra las escopetas.

A esta altura, don Daniel, ya el programa de tus honras fúnebres estaba definido: a partir de las 8 pm en la Capilla de Jardines del Recuerdo; el lunes, de las 10 am hasta el martes a medio día en el Balcón Verde; luego al Salón de Ex presidentes en la Asamblea Legislativa y por fin, el miércoles a las 10 am en la Catedral y de allí al Cementerio General.

VII

¿Qué ha sucedido con la prensa?

Verás, Daniel, La Nación publicó durante cuatro días más de veinte páginas enteras a razón de ¢70.000 cada una. Representa una inversión de ¢1.400.000, pues no sacan pelo sin sangre. El editorial del lunes 14, fue el último suspiro de una lucha sin tregua.

La República expuso tu obra y tu pensamiento, incluyendo un articulo inédito, que nunca publicaste.

La Prensa Libre te dedica una página titulada «Facetas de Don Daniel».

El Diario La Extra describe en página completa tus anécdotas, donde resalta la del ex ministro Guido Sáenz, quien fue invitado a la inauguración de un evento en Colombia, y le negaste el permiso «porque los ministros estaban saliendo mucho fuera del país».

Pero el artículo más audaz, es el de la página COMENTARIOS, de la Prensa Libre, del viernes 18, titulado «Don Daniel murió el sábado».

Como te decía antes, la polémica en la prensa es que el Partido te desairó en los actos del Cuarenta Aniversario en San Ramón.

Un detalle importante:

El Lic. Serrano Pinto, en ejercicio de la Presidencia, firmó sin titubeo el domingo en la tarde, el DECRETO EJECUTIVO de Duelo Nacional por tres días y, el Ministro Madriz logró en minutos un acuerdo con los controladores aéreos el lunes 14, en la mañana, para que el Presidente Calderón pudiera llegar al Juan Santamaría en la tarde.

Este acuerdo debilitó las intransigencias de Thelmo, y la «política de austeridad del Gobierno»… Todo sea por el alma del Ex presidente.

VIII

El lunes en la noche, los muchachos de la Juventud impidieron la entrada al Balcón Verde, a los periodistas de La Nación. Lo mismo le sucedió con Telenoticias de Canal 7. Comprensible, aunque incorrecto.

Pues bien, Daniel, las cosas se complican, ya que el esposo de Pilar, en su columna, ataca furibundo y culpa a Liberación Nacional de haberte humillado el 12 de octubre. ¡Qué ironía!

Las pavas comienzan a tirar contra las escopetas. Quisiera que te levantaras a protestar.

IX

Que en paz descanses. La gloria es tuya, Perdona a tus enemigos y disimula nuestros errores.

Sufriste en silencio, con estoicismo ejemplar, la sanción que inútilmente te impuso el Directorio. El oportunismo y la falsa moral impregnaron la campana. Liberación perdió las elecciones, y Oscar, tuvo que agarrarse fuerte de las viejas muletas para salir airoso en el 86.

Contigo y con Pepe el pueblo vibraba: eran historia viviente.

¿Te acuerdas de los niños descalzos y desnutridos, del mensaje «ticos vagabundos» que venía en los sacos de frijoles de El Salvador?

X

Estoy mirando más de veinte años atrás, y te confieso, Daniel, que el futuro que nos espera es algo más que incierto; es perder en cuatro años, el esfuerzo de Liberación en cuarenta.

Pero que egoísta. ¿Acaso no es suficiente lo que diste a este bendito pueblo? Que elegancia la tuya, Daniel: pantalón army con jacket de igual color, botas caoba amarradas con cordel, lustradas con gusto de príncipe.

Así clausuraste el Cuadragésimo Aniversario de tu Partido y… cumplida tu misión… te marchaste erguido ante los ojos del pueblo que te vio nacer, porque Daniel y el Partido Liberación Nacional, son dos caras de una misma moneda.

Atrás el recuerdo: YO TAMBIEN VOY CON EL…

De frente, el compromiso de honrar tu obra, de exaltar lo inconmensurable de tu ciego amor por la Patria, de glorificar la nobleza de tu corazón, inmensamente humano, eternamente liberacionista.

Gerardo Sánchez Villalta.
Tayutic, Turrialba
Sábado 19 de octubre, 1991

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