Volver a Liberación: Pensamiento y acción de Daniel Oduber (III)

¡Con que soltura y sagacidad miró el futuro!
¡Con que acierto criticó el presente!

EL RETORNO DE DANIEL

Esta es la tercera entrega de «Volver a Liberación» con el pensamiento de Daniel Oduber. ¡Con qué soltura y sagacidad miró el futuro! ¡Con qué acierto criticó el presen!e (1991)!

Durante toda su vida Daniel Oduber fue un estudioso incansable de Costa Rica. Sus fortalezas y sus debilidades fue su materia preferida. No había faceta, materia ó problema que no haya sido analizado por él. Uno puede estar de acuerdo ó no sobre las ideas de Daniel, pero es importante conocer sus escritos porque la historia nacional vibra en ellos. Su pensamiento trasciende su muerte y sus escritos son un reflejo amplio y preciso, sobre el discurrir nacional.

Con qué profundidad dijo la verdad sobre las acciones de ciertos gobernantes al decir: «…una minoría privilegiada que cuenta con economistas y medios de información a su servicio que alardea siempre su adhesión incondicional a los «organismos internacionales». «…son ellos mismos los que buscan apoyo en burócratas internacionales de tercero y cuarto orden, con el fin de deshacer la obra que, por casi cincuenta años, había logrado disminuir la brecha social entre pobres y ricos».

Con tristeza vemos como esos «economistas» influyeron en esos organismos para que sus créditos estuvieran condicionadas a la entrega de nuestras instituciones: vemos las políticas inconscientes de apertura comercial y las privatizaciones que siguen el tono neoliberal del momento: desarticulante, perturbador de los equilibrios económicos y sociales. Mientras tanto, crecen los tugurios, el desempleo y la criminalidad».

Al final de su vida, Daniel tuvo que dedicarse a defenderse de los ataques y cargos que salieron de miembros de su mismo partido para mancillar su nombre. Aunque posteriormente hubo evidencia clara de la falsedad de los cargos, la lucha fratricida le costó la vida. Pero ni el más mezquino podrá desaparecer su pensamiento, porque las ideas de Daniel, don Pepe y Rodrigo Facio forman el acervo ideológico esencial de Liberación Nacional.

¡Cain! ¡Cain! ¿qué has hecho de tu hermano?

Rufino Gil Pacheco
Noviembre de 1996

DISCURSO

Daniel Oduber Quirós

Tengo la clara experiencia como Presidente de la República durante el período 1974-1978, que el inicio de un Gobierno es bastante difícil. El cambio de hombres casi siempre representa un cambio de programas o, por lo menos, su desaceleración. Pocas veces se ha utilizado el período de transición de tres meses, que media entre las elecciones y la toma de posesión, para el trabajo conjunto de los equipos de ambos Gobiernos, sobre todo cuando las elecciones las ha ganado el partido de oposición. Yo tuve la suerte de que el Gobierno anterior al mío (1970-1974) era de mi mismo partido, y que mi posición como Presidente de la Asamblea Legislativa (1970-1973) me mantuvo informado de los programas de la Administración Figueres. Pero el caso fue totalmente diferente al iniciarse el Gobierno que me sucedió en mayo de 1978.

He tenido noticias fidedignas de que el segundo Gobierno de la Unidad (Calderón) impulsó la tesis de que debía atacar, desde sus inicios, al Gobierno del Presidente Arias que lo había precedido.

Personeros de la Administración Carazo aconsejaban a quienes llegaron a gobernar en mayo de 1990 que atacaran duramente al Gobierno de Arias mostrándolo como responsable de todo, para que no cometieran el error de ellos -el Gobierno de Carazo- que no atacó abiertamente al Gobierno precedente.

No sé cómo hubieran podido hacerlo puesto que en 1978 entregué el Gobierno con una situación económica y social no superada al día de hoy. Por el contrario, cuando el PLN regresó al Poder en 1982, todo lo que se había alcanzado en los ocho años de la Administración Figueres y de la mía, había sido saboteado a partir de mayo de 1978 con un profundo afán de destrucción.

Este segundo Gobierno de la Unidad -que ya va a cumplir un año en el Poder (1991), vino decidido a destruir todo el esfuerzo de reconstrucción que había impulsado al país desde 1982. Claro que no todo fue bueno en esas dos Administraciones; así se lo hice saber a ambos gobernantes; pero aunque definitivamente la reconstrucción había empezado a dar sus frutos -posterior a la mala administración del Partido de la Unidad (Carazo)- ya de nuevo se iniciaba la destrucción de la economía y la caida del nivel de vida con este nuevo Gobierno de la Unidad (Calderón).

En la composición política de la Unidad -para este Gobierno de 1990-1994- está el origen del caos en que viven hoy todos los sectores sociales del país. Desde los más grandes y poderosos hasta los más humildes y miserables sienten el fracaso de las famosas medidas económicas y sociales de esta Administración.

Algunos defienden ciertas medidas porque convienen a sus intereses, pero coinciden en que este castigo social no ha tenido igual en nuestra historia.

Lo que fue una corriente calderonista de justicia social, vivida por ese grupo desde 1940, fue echada a un lado por una minoría privilegiada que cuenta con economistas y medios de información a su servicio, y que alardean siempre de su adhesión incondicional a los «organismos internacionales». Admiten, inclusive, que ellos no gobiernan aquí sino que gobiernan esos entes internacionales. Pero son ellos mismos los que buscan apoyo en burócratas internacionales de tercero y cuarto orden, con el fin de deshacer la obra que, por casi cincuenta años, había logrado disminuir la brecha social entre pobres y ricos y formar, paulatinamente, una clase media aumentada continuamente por las clases populares mejor educados. Ya está dando sus frutos el intento de los grupos locales de privilegio de poner la sociedad costarricense a los niveles de vida centroamericanos.

Se ha venido consolidando así el poder de un grupo de llamados «economistas» que están a la orden de los organismos extra-nacionales para lograr que la sociedad costarricense pronto llegue a ser una sociedad polarizada como existe en muchos otros países de la América Latina. La corriente llamada «reaganista» ha tratado desde 1980 de usar sistemáticamente a nuestros «técnicos» en su tarea. Durante el año transcurrido se han observado los frutos y se ha sentido el regocijo de los que han sido favorecidos en sus fortunas a través de los altos intereses, las devaluaciones y la «privatización». Mientras tanto, crecen los tugurios, el desempleo y la criminalidad».

A cien años de la promulgación de la Encíclica «Rerum Novarum», el Partido Unidad la quiere celebrar con gran pompa. Ojalá que por el contrario los dirigentes del Partido en el Gobierno empiecen a reflexionar en cuanto a la política seguida por las minorías de su propio Partido que están destruyendo los principios de justicia.

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