Volver a Liberación: Oduber (I)

Volver a Liberación

Por varios

Al terminar el Gobierno del Lic. Daniel Oduber Quirós habían funcionado maravillosamente 1.200 Asociaciones de Desarrollo Comunal, la mayoría en el área rural, poniendo en práctica día a día, la filosofía de su nacimiento:

El hombre no ha de ser objeto, si no sujeto de su propio desarrollo»

I. INTRODUCCION

Volver a Liberación deberá ser un tema que esté siempre presente en una futura reorientación del Partido Liberación Nacional.

Al pensar en, volver de liberación, es que continuamos publicando la obra Daniel Oduber, que está basada, a no dudarlo, en los principios que han hecho grande a nuestro partido.

Hoy llevamos al conocimiento de ustedes los artículos escritos por los compañeros Dr. Herman Weinstock W. y Lic. Jorge Sánchez Méndez y un tercero, que no lleva el nombre del autor por haberse extraviado el original.

Rufino Gil Pacheco

II. DANIEL ODUBER: PENSAMIENTO Y HECHOS

Dr. Herman Weinstok W.
Ex-Ministro de Salud Pública

«En Costa Rica, mientras los terneros están bién alimentados, con los corrales bien lavados y todos vacunados, los niños mueren desnutridos y sin que se les apliquen las vacunas indispensables«.

Esta frase de Daniel Oduber, que hasta donde yo recuerdo ha sido el único candidato que enfocó el problema de la salud durante su campaña política, y luego dedicó sus cuatro años de Gobierno a implementar los programas que vinieron a significar «una revolución pacífica». Esto cambió los índices de morbilidad y mortalidad infantil a tal extremo, que desde entonces Costa Rica es señalada como el país ejemplar en ese campo, sobre pasando incluso a muchos países desarrollados.

Los costarricenses estaban divididos entre los que recibían servicios de salud de primera, porque pagaban sus cuotas a la Caja Costarricense de Seguro Social y los que recibían servicios de salud de segunda, porque eran servicios de caridad y muchos que ni siquiera tenían acceso a las entidades caritativas.

Veamos someramente el enfoque de Daniel que es tan sencillo pero a la vez tan profundo. No se trataba de poner en marcha un solo programa de salud, sino articular una cadena de objetivos.

He aquí los tres eslabones fundamentales del programa:

Eslabón número uno: Unificar los servicios hospitalarios. En vez de tener instituciones autónomas brindando servicios, racionalizar el sistema y traspasar los hospitales al Seguro Social.

Entonces todos los costarricenses tendrían derecho a los mismos sevicios; unos porque pagan sus cuotas y otros, los indigentes, porque el estado les garantiza ese derecho: «salud para todos los costarricenses».

Eslabón número dos: Los servicios de salud en todos los países en vías de desarrollo siguen el curso de las carreteras. Allí donde están las de primer orden están los mejores hospitales.

También donde llegan las carreteras de segundo orden -cantones y distritos- están los centros de salud, antes llamados unidades sanitarias. Allí donde no hay carreteras, no había servicios de salud. Mas de 30% de nuestra población que habitaba en las áreas rurales dispersas no tenían acceso a los servicios de salud. La posición del Presidente Oduber fue que de alguna forma esos compatriotas habían llegado a vivir en esos remotos lugares y por ende los servicios de salud debían llegar, porque todos tenían los mismos derechos y había que brindárselos. Así se extendió el programa reconocido luego por la Organización Mundial de la Salud, a tal punto que se tomó como modelo para ser analizado en una conferencia mundial en Alma Ata (antigua U.R.S.S.). El programa de salud rural y medicina comunitaria pasó a ser el ejemplo para el mundo entero.

Eslabón número tres: La desnutrición infantil no podía resolverse simplemente dando de comer a los niños: muy diferente es un programa de alimentación a uno de nutrición .Si se le da de comer a un niño y está parasitado, no absorbe los alimentos. Por lo tanto hay que desparasitarlo. Si se hacen estas dos cosas y no tienen letrinas, rápido estará de nuevo parasitado. Si se le da de comer, se desparasita, se pone letrina, pero no tiene agua potable, volvemos al punto de partida, y si con todo esto no recibe las vacunas indispensables, los niños desnutridos mueren más facilmente por las enfermedades infectocontagiosas que aquellos que están bien nutridos. ¿Qué hizo Daniel?

Enfocó el problema no como falta de alimentación infantil, sino como desnutrición infantil. Así que con recursos de Asignaciones Familiares, Ley que firmó el 24 de diciembre de 1974 «como un regalo de Navidad a la niñez costarricense», los niños empezaron a recibir atención en los Centros de Nutrición y en los comedores escolares, Se colocaron 60,000 letrinas que faltaban y se hicieron acueductos rurales por todos los rincones del país.

En pocas palabras, «nuestros niños, nuestros pobres niños o niños pobres empezaron a tener futuro.»

En resumen, los más pobres empezaron a tener servicios de salud iguales a los que tenían mayores recursos y pagaban las cuotas a la Caja. Los habitantes de las zonas rurales dispersas y los marginados de las ciudades, empezaron a gozar de servicios que nunca antes habían siquiera soñado y los niños de nuestra patria empezaron a «cumplir años», ya que antes se morían teniendo horas, días o meses de nacidos. Asi cumplió Daniel, entre muchas otras cosas, su sueño de justicia para los costarricenses, sobre todo para los de menores ingresos.

El soñador pragmático vive en el corazón de su pueblo.

Yo tuve el inmenso honor de acompañarlo en esta tarea y no espero personalmente tener honor más grande en mi vida.

III. ODUBER Y LA CORPORACION COSTARRICENSE DE DESARROLLO (CODESA)

Lic. Jorge Sánchez Méndez
Ex-Ministro, Industria y Comercio

Dirigir el ahorro nacional hacia la capitalización productiva y, simultáneaneamente, democratizar la economía facilitando el acceso de los ciudadanos a la propiedad de los bienes de producción, era el doble objetivo que perseguia el Presidente Daniel Oduber con la creación de CODESA. La ejecución de proyectos industriales de gran magnitud demanda cuantiosas inversiones que se pretendió financiar mediante el ahorro popular, para impulsar la generación de riqueza conforme a esquemas distributivos basados en la participación de asociaciones de trabajadores, cooperativas y otras formas de organización social.

Al recibir la creación de CODESA, en la mente de Daniel gravitó siempre una idea inspirada por la exitosa experiencia de los productores de café, que habían cooperativizado, con notables resultados, buena parte de la caficultura nacional.

Aquel brillante estadista aspiraba a que ese proceso de fortalecimiento de la economía social, se extendiera a otros importantes sectores del agro tales como productores de caña, banano, granos básicos, como el arroz, lo mismo que ganaderos y productores de leche.

Iniciativas de la naturaleza indicada recibieron permanentemente el apoyo presidencial. Así, el Gobierno de la República emprendió, en el marco jurídico de la Corporación Costarricense de Desarrollo, la creación y puesta en marcha de varias industrias -particularmente en áreas de la economía en que era difícil o improbable la inversión privada- con el propósito definido y manifiesto de transferir luego su propiedad a asalariados, profesionales, maestros, empresarios y otros sectores sociales que habrían de convertirse en sus accionistas.

Con financiamiento externo se creó un fideicomiso para certificados de inversión que más tarde, conforme a aquel gran diseño democratizador de la economía y a través de la Bolsa Nacional de Valores, se transformarían en acciones a si adquiridas, una vez consolidada la empresa correspondiente, por el mayor numero posible de personas.

La factibilidad de formar y consolidar las nuevas empresas estaba entonces, estrechamente relacionada con el establecimiento de la Bolsa Nacional de Valores. Y aunque ésta se estructuró durante la Administración Oduber, no logró afianzarse sino hasta que fue demasiado tarde para que CODESA pudiera consolidarse, lo cual habría permitido la continuidad y el éxito de tan ambicioso proyecto.

Desgraciadamente, el noble objetivo de Daniel que constituía la base filosófica de CODESA y sus empresas subsidiarias, se fue desvirtuando con el tiempo, lo cual impidió que, una vez consolidadas aquellas, su propiedad se distribuyera, mediante la venta de acciones, entre muchos costarricenses, tantos como fuera posible.

Conforme al esquema original, la venta de acciones a grandes cantidades de ciudadanos permitiría a CODESA recuperarla inversión efectuada en sus empresas y, de ese modo seguir sirviendo como motor para la concepción y el desarrollo de nuevos proyectos, siempre con el mismo fin de venderlos al sector privado una vez lograda su consolidación, jamás con el de constituirse en administra- dora de empresas estatales por períodos innecesariamente prolongados.

Es de lamentar que el tiempo no permitiera la consolidación de aquella brillante iniciativa que aspiraba, como ya quedó dicho, a desarrollar la economía nacional de manera democrática poniendo la propiedad de los medios de producción en manos de la mayor cantidãd posible de costarricenses.

Irónicamente, años después ocurrió lo contrario: las acciones de las dos grandes empresas de CODESA que lograron consolidarse según la visión futurista de Daniel Oduber, Cementos del Pacífico (CEMPASA) y Central Azucarera del Tempisque (CATSA) quedaron en pocas manos y, luego su propiedad terminó siendo transferida a reducidos grupos de inversionistas extranjeros. En esa forma concluyó, por razones totalmente ajenas y aún opuestas a los propósitos de su propulsor un loable esfuerzo que tenía como fin crear y distribuir riqueza para elevar los niveles de bienestar y justicia social del pueblo costarricense.

IV. DESARROLLO DE LA COMUNIDAD

El gran interés de Don Daniel por el desarrollo de las comunidades, puesto de manifiesto por primera vez el 4 de noviembre de 1965, cuando nombra una comisión de estudio del Partido Liberación Nacional para que se elaborara un programa nacional de desarrollo de la comunidad con énfasis en la promoción del bienestar rural, alcanza su máxima operación en su gobierno.

De dicha comisión emana un informe que dio base a la redacción de la ley número 3859, presentada a la Asamblea Legislativa por el entonces diputado Armando Arauz Aguilar, la cual fue aprobada el 7 de abril de 1967 siendo presidente de la República el profesor Trejos Fernández.

De 1974 a 1978, el programa recibe todo el impulso de un gobierno que está plenamente convencido de sus bondades. Se le da preferencia al apoyo a las comunidades rurales, tomando en cuenta que el desarrallo de éstas está íntimamente ligado al desarrollo del país. La Dirección Nacional de Desarrollo de la Comunidad recibe un presupuesto extra de Asignaciones Familiares, lo gue permite aumentar el número de promotores sociales, para que cada asociación de desarrollo cuente con un asesor, debidamente equipado con vehículos adecuados, desde jeeps y motocicletas hasta caballos para aquellas comunidades que no contaban con caminos adecuados.

Se estableció un plan de capacitación, tanto para el personal como para preparar lideres comunales.

Se trabajó intensamente en la construcción de acueductos rurales, huertas comunales, caminos vecinales, instalación de abastecedores. Las asociaciones poco a poco y mediante el crédito comunal a través del Banco Popular, haciendo uso de un capital propio de garantía, se fueron convirtiendo en verdaderas empresas productivas. No se dejó de lado la promoción cultural. Empezaron a nacer las casas de cultura, y con el concurso de EDUCA, se llevó a cabo un programa de bibliotecas comunales. Mediante el pago simbólico de una cantidad módica, se dotó a más de 500 comunidades con una biblioteca básica, con la esperanza de que fuera creciendo con el apoyo de todos.

Al terminar el Gobierno Oduber Quirós, habían funcionando maravillosamente, 1.200 (mil doscientos) Asociaciones de Desarrollo Comunal, la mayoría en el área rural poniendo en práctica día a día la filosofía de su nacimiento:

EL HOMBRE NO HA DE SER OBJETO, SINO SUJETO DE SU PROPIO DESARROLLO»

Aunque sabemos que muchas ideas y sueños mueren con sus creadores o impulsores, el gran anhelo de Daniel Oduber de hacer progresar a las comunidades rurales, sigue estando vivo y latente, y forma parte de la historia aun no escrita de este país, al que él tanto amó.

Lamentablemente en esta publicación no aparece el nombre del autor debido a que el original se traspapeló. Agradeceríamos al autor nos contactara para poder incluir su nombre en la próxima publicación.

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