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Mensaje del Ex-Presidente Daniel Oduber Quirós a la Asamblea Plenaria del Partido Liberación Nacional

Daniel Oduber

Daniel Oduber Quirós

¿Se podrá revivir la social-democracia auténticamente costarricense?

INTRODUCCIÓN

EL RETORNO DE DANIEL

En mayo de 1991, Daniel le decía a la Asamblea Plenaria del Partido Liberación Nacional, lo que hoy se reproduce aquí, y que viene como anillo al dedo en estos momentos de grandes transformaciones.

Que verdades se dicen en ese mensaje; pareciera que ¡Daniel Oduber lo hubiera escrito hoy!

¿Donde está el pensamiento social-demócrata que siempre nos impulsó? ¿Hacia dónde quieren llevar las instituciones que creamos para el beneficio del mayor número?

Este mensaje de Daniel Oduber, actual, directo, fustigante, como para despertar conciencias, lo hace oración y reclamo, para asumir una nueva actitud en nuestro partido; una actitud de lucha, de presencia con rumbo, con entrega liberacionista, con sentido social-demócrata.

Daniel se preparaba a remozar el partido y hablar de una social-democracia nueva, sin olvidar sus profundas raíces de carácter social, creador de grandes instituciones, tan nuestras, que impulsan y han impulsado nuestro desarrollo y que hoy, en vez de remozarlas quieren desnaturalizarlas y entregarlas al mejor postor. en nombre de un neoliberalismo de privatizaciones que sólo benefician a unos cuantos privilegiados.

Rufino Gil Pacheco

ASAMBLEA PLENARIA
DISCURSO DE DANIEL ODUBER

Aunque en este tipo de sesiones lo normal es entrar directamente a la Orden del Día, consultando con el Sr. Secretario General, me pareció conveniente hacer algunas reflexiones sobre el significado de esta nueva reunión de la Asamblea Plenaria.

Hace poco más de 50 años, en la tesis de graduación de Rodrigo Facio como Licenciado en leyes -que luego fue publicada como «Estudio de la Economía Costarricense»- se planteó la necesidad de hacer en Costa Rica un partido ideológico y permanente. No era una idea nueva, pues a principios de siglo ya la había planteado Don Roberto Brenes Mesén y, en los años 20, también el General Jorge Volio. Por muchos años estuvo latente el deseo de ir saliendo de cacicazgos, personalismos y corrupción política en la incipiente democracia costarricense, buscando que el partido personalista que nacía y moría con su dirigente, fuera dándole campo al partido de ideas y de programas, para que este se convirtiera en partido permanente y en un partido de dirección colectiva.

En los años 40, cuando empezamos a pensar en ese tipo de partido, no creíamos que los acontecimientos políticos de esa década nos llevarían rápidamente al poder: no creíamos que en alianza con una generación mayor que la nuestra, pero que tenía tal vez más fogueo político, y que era el grupo que formaba parte del Partido Demócrata de León Cortés, íbamos a llegar al poder desde donde trataríamos no sólo de organizar a Costa Rica, sino de ir creando, paulatinamente, ese famoso partido de que estamos hablando.

Ya en el año 45, habíamos hecho un ensayo pequeño, fundando con ellos el Partido Social-Demócrata. Al terminar la Junta de Gobierno, como primer objetivo coincidimos, los principales dirigentes en que, como tarea inaplazable, estaba la necesidad de formar un partido político que modernizara la política de Costa Rica y que se dedicara a defender la labor de la Junta de Gobierno.

En el año 51, diez años después de que con Rodrigo Facio fundáramos el Centro de Estudio de Problemas Nacionales y proclamáramos como tesis la formación de ese tipo de Partido, fundamos el Partido Liberación Nacional. La lucha fue muy grande; malos entendidos, dificultades de todo tipo y rencillas que afloraban cada vez que se hablaba de estas cosas. Pero fue el propio José Figueres, fundador del partido y su Presidente desde su fundación, quien insistió en que poco a poco se fuera convirtiendo el Figuerismo con que nacimos en la lucha política del 51, en liberacionismo. El fue quien se empeñó en decir todo el tiempo, que si no había para Costa Rica un partido permanente -ya que en ese tiempo solo existía como tal el Partido Vanguardia Popular-, Costa Rica seguiría, en lo nacional y en lo local, ligada a cacicazgos y a Personalismos con todo lo que significan en la corrupción política de una democracia. Poco a poco se fue creando ese sentido de partido y ya en las elecciones de los años 70, durante la última elección de José Figueres, se hablaba solamente de Liberacionismo en todos los cuadros de trabajo de nuestro partido.

En el año 78 perdimos las elecciones y nos dimos como primera tarea a la formación de una comisión de compañeros que redactara nuevos estatutos, creyendo como pasa a veces, que cambiando los estatutos se corrigen todos los males que sufren las estructuras de un partido. Se cambiaron los estatutos, pasamos a una dirección colectiva tuvimos por primera vez un Directorio numeroso y se empezó a ampliar la Asamblea Nacional, que era sólo territorial y contaba con 70 miembros, a lo que es hoy con 160 asambleistas; se empezó a crear cuadros de estudio y apareció, en forma incipiente pero definida, la idea de los foros, empezándose a hablar de nuevo, de la necesidad de estudiar la realidad costarricense conforme la fueran desarrollando poco a poco, los gobiernos de Liberación Nacional. Se ha querido decir muchas veces que ya nuestro programa está agotado; puede ser que están agotados algunos proyectos que eran necesarios en la Costa Rica de los últimos 40 años, pero los principios fundamentales de Liberación Nacional no están agotados. Todo lo contrario, los principios fundamentales de Liberación Nacional necesitan que en estos años podamos impulsar de nuevo programas que defiendan a las grandes mayorías y ver así a Liberación tomando de nuevo la iniciativa en los proyectos que se presentan en la Asamblea Legislativa y en el examen de los problemas políticos generales. Todas las veces que Liberación ha estado en la oposición ha llevado la iniciativa en la solución de los problemas políticos del país. Durante los gobiernos de Echandi, de Trejos y de Carazo, estos siempre estuvieron viendo la agresividad de Liberación Nacional en el planteamiento de sus proyectos y estuvieron tratando de detener las ideas de Liberación Nacional, unas veces en la Asamblea Legislativa y otras veces, con más fuerza a través de los medios de comunicación colectiva que les eran adictos.

Creo yo que esta Asamblea Plenaria debe dar más énfasis en todo lo que significa el estudio de los proyectos que presentamos a consideración del país. La actual fracción lo ha hecho ya en la medida de lo posible, pero una vez más nos encontramos, por razones que no interesa discutir ahora, que muchos medios de comunicación colectiva rehuyen presentar a la opinión pública las ideas de Liberación Nacional. Y no lo hacen, porque están empeñados, como lo estuvieron en el gobierno de Carazo, en destruir absolutamente toda la obra de Liberación Nacional. Por eso, para mí, esta Plenaria debe coincidir con la urgente necesidad, por encima de diferencias personalistas, en que los liberacionistas se dediquen a defender la obra de Liberación Nacional que viene desde el 48, y a justificar la creación de este partido político.

Repito que no es cierta, ni por asomo, la tesis de que nosotros, en Liberación, creemos que nuestras ideas, nuestros proyectos y nuestras instituciones no se pueden tocar. Si realizamos durante estos años un cambio fundamental en Costa Rica, y si logramos el verdadero ajuste estructural de que hablan hoy los técnicos importados para justificar otras ideas, nosotros estamos en la obligación de comprender que la Costa Rica que queremos transformar de ahora en adelante tiene una cantidad de vicios acumulados, no producto de Liberación Nacional, sino producto de quienes no quisieron apoyar las ideas de Liberación Nacional para continuar con su programación hacia adelante. Quieren destruirlo todo, empezando por la banca. No se ha visto en la historia de Costa Rica -creo que desde el tiempo del gobierno Picado- un porcentaje de colocaciones como el que han arrancado a la banca para financiar préstamos fiscales; los intereses al 40% y 45% no le permiten a ningún productor, en ninguna de las actividades, incluso las privilegiadas, salir adelante en la lucha por la producción. El cierre de los comedores escolares, el cierre de los programas de tipo social, el ataque permanente a las instituciones, no para privatizarlas como dicen ellos, sino para plantear negocios grandes para los amigotes nacionales y los amigotes internacionales que se quieren quedar con lo mejor que tiene el Estado y dejarnos a nosotros todo lo que no significa nada. Llevarse la posta y dejarnos el hueso en manos del Estado.

Van a cerrar los estancos. No saben ellos lo que es un estanco; los que están diciendo tonteras en el Consejo de Producción y en el Poder Ejecutivo, no saben lo que es un estanco; no saben la que fue la idea feliz de Figueres, de estabilización de precios por medio del sistema de reservas; no saben lo que significa regular los precios en comunidades pobres a base de un estanco que no permita especular a los comerciantes del área. Desde luego, cerrar estancos es quedar bien con los acaparadores y con los tagarotes como pudo verse recientemente en la emergencia de Limón. Pero los liberacionistas saben que estas ideas son buenas, que valen la pena. Otros dirán que para qué estancos, que mejor cooperativas; no saben ni lo que están hablando. Si un partido se distingue por haber hecho un movimiento cooperativo como el que tiene hoy Costa Rica, este es Liberación Nacional. De ahí el deseo -lo van a ver ustedes- de destruir a como haya lugar el movimiento cooperativo de Costa Rica, usando a los diputados de la Unidad y a los diputados de los mini-partidos.

Ya los precandidatos de la Unidad opinan sobre la Encíclica Centésimo Año que defiende al sindicalismo ahora sí, porque hay que pensar en las elecciones del año 94; ahora sí la están defendiendo -de palabra- y están hablando de capitalismo con rostro humano etc. Hablan de una serie de tonterías, creyendo que nosotros no les conocemos el juego e historia a cada uno de esos movimientos, a cada uno de esos partidos, a cada uno de esos medios de comunicación colectiva. Todo lo quieren destruir. Que RECOPE quedaría mejor en manos de la TEXACO: que hay que vender el Instituto Nacional de Seguros; tengo cartas y copia de cartas en mis manos, en las que se habla de esa negociación con grupos de promotores norteamericanos; que hay que entregar FERTICA: que hay que entregar CEMENTOS DEL PACIFICO; que hay que cerrar CODESA, aunque sea físicamente, ya que no lo pueden hacer legalmente. No se dan cuenta de lo que costó hacer cada una de esas instituciones en el curso de estos últimos 40 años incluso con sus grandes errores, luchando hasta con la corrupción política que se metió en esas instituciones y con la corrupción social metida también en esas instituciones y luchando también contra los errores garrafales que hicieron tambalear a muchas de ellas; pero eso no significa en modo alguno que por haber tenido defectos es necesario cerrarlas todas y dejar sus servicios de nuevo en poder, como antes del 48, de un gobierno débil manejado por oligarquías económicas. El gobierno de los funcionarios judiciales con el pantalón roto, de las oficinas públicas iluminadas con candelas, de lugares llenos de ratas y malos olores en donde se prestaban servicios al público, esa era la Costa Rica del gobierno pequeño, que están reclamando ahora estos señores, pues mientras menos labor de gobierno haya, esas fuerzas económicas, tradicionalmente enemigas de Liberación Nacional, para su beneficio económico, harán lo que les dé la gana en este país, mientras siga creciendo la miseria por todos lados. Crecerán también las casas de 50 millones de colones y la acumulación de fortunas fáciles, sin que nadie diga media palabra. Por hablar así regañaron al Arzobispo de San José; por hablar así, regañaron al Obispo de Limón; por hablar así, regañan al Eco Católico y este año, un siglo después de que se proclamara la encíclica Rerum Novarum, salen todos corriendo a decir que esas ideas son las mismas que los animan a ellos.

Nosotros creemos en privatizar empresas, y lo hemos estudiado profundamente, concluyendo en que hay cosas que están mejor en manos de la empresa privada que en manos del Estado. Pero eso no significa, repito, dejarnos el hueso y entregar la posta a los amigotes del Gobierno; eso no significa aplicar el mismo criterio para todas las instituciones. Le he pasado al Lic. Rodrigo Oreamuno, jefe de nuestra Fracción en la Asamblea Legislativa, un informe sobre las privatizaciones en Inglaterra en los 10 años famosos de la señora Thatcher, y ella misma recomienda un estricto control sobre determinadas empresas que están privatizando ahora, permitiendo en algunas la venta de más del 49% de las acciones y en otras sometiéndolas a regulaciones, para evitar que los tagarotes vayan a comerse esas empresas, tal como lo quieren hacer aquí los señores de la Unidad.

Es muy fácil caer en la tentación, dos o tres generaciones después de que fundáramos Liberación Nacional, de cambiar uno de nuestros principios por un retrato en la primera página del periódico La Nación, por un halago de un canal de Televisión o por una nota editorial favorable. El halago es pasajero ya los mismos que halagan hoy, mañana los pondrán contra la pared y los fusilarán, porque esa es la forma como trabajan estos enemigos de Liberación Nacional. Fueron los enemigos de Juan Rafael Mora, fueron los enemigos de Alfredo González Flores, fueron los enemigos de Ricardo Jiménez y fueron los enemigos de José Figueres; fueron los mismos que cuatro o cinco generaciones atrás, lucharon contra la Encíclica y contra la Carta Pastoral de Monseñor Thiel sobre el salario mínimo, diciendo que el Estado no debía meterse a fijar salarios porque eso era incorrecto y que a la Iglesia lo único que debía preocuparle era el otro mundo y no el mundo actual en la economía de Costa Rica. Son los mismos; hasta los apellidos son los mismos; ahora vuelven a aparecer tratando de robarnos dirigentes de Liberación Nacional, y tratando de destruir las instituciones creadas por Liberación Nacional.

Tenemos todo a nuestro favor: un partido con más del 50% de la población costarricense el que a pesar de nuestros errores se ha mantenido durante diez campañas electorales, llegando siempre a ganar, o incluso a perder por pequeños porcentajes y que las veces que hemos perdido ha sido por culpa de la dirigencia y no culpa de los liberacionistas. Tenemos los mejores cerebros para estudiar, analizar y hacer propuestas al país. No nos pongamos, por Dios, a la defensiva, diciendo solamente sí o no a los proyectos que presenta la Unidad.

Vamos ya hacia adelante. Tenemos todo un bagaje de juventud, de estudio, de gente capacitada para plantearle al país las soluciones necesarias para salir de esta barbaridad en que nos tiene el actual Gobierno y que nos están acercando más y más, desgraciadamente, a los niveles de Centroamérica y no a los que queríamos llegar nosotros en el siglo XXI, como lo prometimos hace 40 años. ¡Vamos a trabajar, liberacionistas! ¡Olvidémonos de las peleas, olvidémonos de las pequeñeces personalistas, olvidémonos de las intrigas, de las infamias, de las persecuciones entre compañeros; ¡olvidémonos de todo esto y no veamos para atrás! ¡Marchemos hacia adelante!

¡Cómo es posible que nos encontremos en medio de una crisis por simples razones personalistas! ¡Cómo es posible que esta Asamblea Plenaria y este Directorio tomen un acuerdo y no le hagan caso los partidarios diciendo algunos que no es vinculante! ¡Cómo es posible que nuestra autoridad política tome decisiones que son irrespetadas con sonrisas por parte de quienes pretenden posiciones altas en el Partido Liberación Nacional! ¡Cómo es posible que no haya un centavo para pagar empleados en el Partido, por pequeño que sea ese grupo, y haya millones para tirar en el culto a personalidades! ¡Cómo es posible que estemos viviendo eso después de 50 años de pedir un partido político ideológico y permanente! Ahí está el Congreso José Figueres, tratando de actualizar el pensamiento de Liberación Nacional para los años futuros. ¡Cómo es posible que los liberacionistas que quieren actuar en la política no tengan tiempo para participar con escritos, con unas ideas, en los trabajos de ese Congreso José Figueres! ¿Qué nos está pasando? Me da vergüenza leer hoy en La Nación al Lic. Tovar y al Lic. Chaverri dándole consejos a Liberación Nacional y lamentándose de que Liberación Nacional esté en crisis! «pobrecito Liberación» -dice este último- «ojalá pasen la crisis para que puedan participar en las próximas elecciones». ¡Señores, eso ya es el colmo, que tengamos que oír a estos señores, herederos de todo lo negativo que tiene ese partido, dándole consejos a Liberación Nacional!

¡Es culpa nuestra! No contribuimos, no trabajamos, no participamos, no llegamos a las reuniones a las que tenemos que llegar, pero, eso sí, a la hora de la carrera por escoger un puesto, corren todos y trabajan como locos. Lo que quieren es un partido personalista a base de movimientos para personas, en lo nacional y en lo local. Resuélvanlo así, y muchos nos iremos tristes para la casa a escribir la historia de 50 años. Si lo que quieren es un partido vigoroso, que reivindique su posición de ideas y programas, que ponga por encima de los personalismos el bienestar de Costa Rica y de Liberación Nacional, piénsenlo bien hoy aquí y tomen las decisiones que haya que tomar.

Si lo que quieren ustedes, de verdad, es hacerle un homenaje a José Figueres y a quienes fundaron este partido, salgamos todos unidos a trabajar por Liberación Nacional.

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